sábado, 28 de abril de 2012

Dedicado a muchos...y muchas...

Según El Diccionario Real de la Academia Española la palabra conquista tiene dos significados: - Ganancia o adquisición de bienes. - Persona cuyo amor se logra. Cuando buscas la palabra conquista en Wikipedia aparecen distintas opciones de conquista: Conquista de Venezuela, Conquista de México, Conquista de Hispania. (En ningún lugar viene Conquista de Lupita, Conquista de Betty afortunadamente. Aunque no está lejos de suceder. Una conquista requiere de una bandera. Una conquista reclama algo que quieres que sea tuyo. Una conquista siempre tiene víctimas, es bastante brutal y sangrienta porque la parte conquistada quiere defender su territorio y sus derechos, no quiere abandonar lo que es y lo que le pertenece. Al buscar la palabra “conquistador” ésta es la definición que aparece: es la denominación que suele definir a los guerreros que extendieron el dominio de los imperios a los que pertenecían. Entonces…¿En qué momento el concepto de conquista se traspapeló al amor? ¿En que momento querer enamorar a alguien se volvió algo de pertenencia, de extender territorios, tener más poder, gobernar? Se dice que la inteligencia fracasada es aquella que tiene mal sus objetivos. No importa si eres un genio, si tu objetivo está mal, la inteligencia fracasa. Entonces, si tu objetivo es conquistar, le das paso a la estupidez. Una persona no es un territorio, no es un pedazo de pasto al cual hay que enterrarle una bandera. “¿La conquistaste?” “Ya me conquistó” No, no. El amor fracasa porque los marcos están mal posicionados. El objetivo no es reclamar a alguien, imponerle tus colores y tu escudo, tu lenguaje; eso lo único que hace es obligar al otro a cubrirse, a no querer cambiar, a defender lo suyo. El objetivo es la felicidad mutua no la estupidez compartida. Uno no debe querer conquistar, ni siquiera en el sentido romántico de la palabra. Se trata de compartir. Escogerse mutuamente para compartir vidas, memorias, experiencias. Si el ser humano cambiara su objetivo cuando se trata de las relaciones afectivas, todo sería menos complicado. Habría menos corazones rotos y menos actas de divorcio en el registro civil. Menos pañuelos húmedos en el bote de basura y más sonrisas en la memoria. Fin... Yo soy Alejandro, y esto es cero subjetivo.

1 comentario:

  1. querido alejandro, soy un fiel seguidor de tu blog, tu coherencia es maravillosa y hoy a esta hora siendo la 1:09 de la madrugada me he enamorado de ti, y ahora solo pienso en enterrarte mi bandera, yo soy roberto y esto es cero subjetivo.

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